miércoles, 29 de agosto de 2007

ENCUENTROS FEMENINOS EN UNA ISLA


Diálogos crepusculares en los que cinco mujeres reflexionan sobre el amor, el destino y la muerte

El mar griego está en el horizonte del lugar donde se dan los encuentros femeninos que se presentan en el espectáculo teatral Islas, basado en una selección de textos del libro “Diálogos con Leucó” del autor italiano Cesare Pavese, en una coproducción entre la agrupación Teatro La Bacante y el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, que se podrá apreciar desde el viernes 07 hasta el 30 de septiembre en el Teatrino del Laboratorio ubicado en Bellas Artes.

Las mujeres de este montaje se dan cita en los textos “Espuma de ola”, “La viña” y “Las brujas”, cuyas lecturas recorren una playa del mar griego, esas aguas que vieron nacer a Afrodita y que, tal vez por eso, fueron testigos de los encuentros y desencuentros de los amores de la mitología antigua.

El primero de estos encuentros, entre Safo, la poetisa de Lesbos, y Britomarte, nereida de las redes, ocurre en la superficie del mar. El segundo, entre Ariadna, princesa de Creta, y Leucotea, nereida protectora de las embarcaciones y los naufragios, acontece en la orilla, sitio de despedidas y anuncios. El tercero, entre la misma ninfa marina Leucotea y Circe, hechicera y diosa mediterránea, tiene lugar en el centro del cuerpo flotante que recibe las visitas de los que navegan y hacen frente al destino.

Congregados en un espacio íntimo, los espectadores asisten a la Isla para reconocer la oposición entre lo divino y lo mortal. “La condición humana, fugaz e intensa, es una piedra que reposa en la orilla, que ve cómo se extiende frente a sí el inmenso mar, su destino, el abismo que la separa de lo divino. La exigencia del mar es que lo mortal se acepte y acepte su destino, sonría frente a él”, según lo señala el director de la obra, Oswaldo Maccio.

Estos encuentros serán interpretados por las actrices Karla Fermín, Gryselt Parra y Sheila Beltrán, la dirección es de Oswaldo Maccio, la asistencia de dirección de Daniela Corredor, las realizaciones de vestuario y escenografía son de Luisa González y Karla Parra, respectivamente.

Gracias a la labor continúa que realiza el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, bajo la dirección de Carmen Jiménez, brindándoles a los jóvenes un espacio para mostrar sus investigaciones como intérpretes o como directores, es que resulta posible la presentación de Islas, espectáculo que tuvo su proceso de creación en alianza con el Teatro La Bacante.

Sobre la puesta en escena y el proceso
Para el director del espectáculo, la aproximación a estos textos que, si bien son diálogos, no constituyen una propuesta dramatúrgica en sí; “nos exigió y nos sigue exigiendo cuidar la palabra”. Además, ellos mismos (los textos) sugieren una quietud. Las situaciones que se plantean en los diálogos son crepusculares, no hay en ellas el contraste entre luz y sombra de la tragedia. Las actrices han tenido que encontrar un tono quedo y apacible para encarnar a estos personajes que reflexionan sobre el amor, el destino y la muerte.

ISLAS
Estreno: Viernes 07 de Septiembre
Temporada: Del Sábado 08 al Domingo 30 de Septiembre.
Horario: Viernes y Sábado a las 7:00 p.m. y Domingos a las 6:00 p.m.
Colaboración: Bolívares ocho mil (Bs. 8.000)
Lugar: Teatrino del Laboratorio Anna Julia Rojas, Av. México, cerca de la Estación del Metro de Bellas Artes, Telf. 577-53.66

martes, 21 de agosto de 2007

CIEN PARES DE OJOS


08/06/06

Uno de los mejores trabajos teatrales del semestre aún está en cartelera. Todavía se tiene la oportunidad de poder confrontar este fin de semana en los espacio del Teatro “Luís Peraza” (Iglesia San Pedro de Los Chaguaramos) del estupendo espectáculo teatral ofrecido por El Teatro La Bacante bajo la excelente puesta en escena de Diana Peñalver quienes proponen un audaz montaje donde lo antiguo se valida con lo contemporáneo para hablarnos de la inexorable arrogancia criminal o “hybris” que sacudía a los personajes trágicos del mundo clásico griego bajo el título de “Cien pares de ojos”.

El decurso argumental que valora el legendario mito de los Atridas en cuya narración / escenificación vemos discurrir como al regreso del poderoso Rey Agamenón a las tierras de Micenas, este es asesinado por su esposa, Clitemnestra. Ella asumiendo el dolor de sentirse abandonada y traicionada toma la terrible acción que sacudirá el futuro de su casa, su sangre y su destino. Detrás esperándole, su amante Egisto. En las sombras, su atormentada hija Electra en espera del arribo de su hermano Orestes para poder vengar la muerte de su padre. Tragedia y destino; juicio y argumentos; mujeres y sociedad son ejes dispuestos en escena, bajo la callada estupefacción del espectador sea este Coro o público que asumirá la gran voz de emitir juicio sobre esa figura que ha derrumbado el modelo patriarcal e impone un criterio que debe ser oído y valorado. Una historia que atrapa otras historias. Una metáfora que habla del íntimo viaje de la inocencia a la culpabilidad y del complejo nudo de venganzas y de cómo reestablecer el orden de un cosmos familiar y social fracturado.

Basado en el relato “Clitemnestra o el crimen” de la afamada poeta, novelista, dramaturga y traductora francesa, Margarita Yourcenar (1903-1987) este texto se imbrica con lo que fue de especial interés para esta autora en no sólo conocer el comportamiento e historia de las civilizaciones antiguas sino también en un denodado afán por descifrar “las motivaciones humanas”. Desde la revisión del tema de la venganza y la expiación, este texto es una arista central de la narración que con los añadidos de la exquisita poesía de griego Yorgos Seferis (Premio Nóbel de 1963) se arma un guión textual en la cual se teje la visión de lo antiguo con el tema de la conciencia. Un texto y una representación que tiene feroz raigambre en el subconsciente colectivo.

“Cien pares de ojos” es básicamente el sentido de entender que el pueblo que juzga a Clitemnestra somos nosotros; son nuestras órbitas que contienen los ojos de la razón social y que han de contemplar y tomar una decisión vital (pasada y presente) sobre ciertas acciones humanas que han roto -por dolor o por premeditación- los valores más caros de algo establecido. Con un planteamiento escénico sumamente claro por la fuerza y contundencia de los signos, por la connotación gestual e icónica de la ritual coreográfico, del metalenguaje de la máscara, del juego atemporal y de la articulación / actualización de mensaje que a todos nos atrapa, el espectador es parte vital de la construcción del significado final ya que cada noche hay un nuevo juicio a la trágica acción y las nefastas consecuencias de lo que una mujer como Clitemnestra hizo. Es fémina de todos los tiempos, es tragedia universal y la puesta en escena supo conjugar ese valor para establecer una correspondencia de toma de conciencia con lo que puede ser “arquetípico” de la conducta, del ser y de las angustias que están en el aquí y ahora de todos. “Cien pares de ojos” es una producción afiligranada en todos sus aspectos componentes desde lo estético visual hasta la cadencia del movimiento. La iluminación, la factura del vestuario y máscaras, la base musical y poética, el ritmo orgánico del actor, el desempeño de composición de personajes y la profunda evocación de ese eco de angustia queda excelentemente plasmada en un trabajo convincente y sugestivo que siento que ha calado en todos aquellos que han tenido la suerte de contemplarlo.

Saludo las entregas compositivas de personajes ofrecidas por Eulalia Siso, Ludwig Pineda, Marco Suniaga, Oswaldo Maccio, Costa Palamides, Mariela Reyes, Desirée Monasterios y Gloria Núñez quienes supieron estar acoplados en intención, carácter y fuerza escénica. “Cien pares de ojos” es un espectáculo digno de trascender en cualquier ámbito teatral y festivo del teatro venezolano ya que propone no sólo la ostentación de las formas bien acabadas sino una incisiva inflexión / reflexión sobre un imaginario “que tiene como motor la necesidad de hablar sobre lo femenino, sobre el lugar de la mujer en la pareja, en las relaciones sociales y de poder”. ¡Un fuerte aplauso para ellos!
Por Carlos Herrera critica@cantv.net